Por: José Márquez Fonseca
Los días previos a la realidad fueron de mucha incertidumbre. Mis expectativas y nervios fueron muchos porque, hasta el día antes de ir al canal, la angustia se apoderó de mí. Han pasado diez meses en los que culminé mis horas de práctica supervisada como estudiante universitario. Fue de mucha emoción y satisfacción el poder realizar las horas de práctica en La Bóveda de Teleonce. Disposición, ganas de aprender, escuchar consejos y crear contactos fue lo que me llevó a tener éxito.
Fue a principios de enero de este año que me afronté a la realidad de unirme de manera profesional a la producción de La Bóveda de Teleonce. Eran las 9:00 de la mañana del domingo cuando recibí la llamada de Nelson Serrano, productor del área de juegos. Me sorprendió su llamada. Estuvimos hablando como por media hora. Luego de que nos pusiéramos al día luego de tantos meses sin comunicarnos, me comentó que hay una plaza disponible en la cual pensó en mí.
Inmediatamente, le dije que sí sin tan siquiera saber de qué se trataba. Mi deseo de entrar a un canal de televisión era algo que siempre soñé. Eventualmente, dialogamos sobre la plaza disponible que era precisamente en el área de juegos. Al otro día, me presenté al canal con un mar de nervios, pues a pesar de que ya todos me conocían, ya no me veían como un practicante, sino como un empleado más.
Han pasado cinco meses trabajando en el área de producción de juegos en La Bóveda, los cuales han sido una experiencia súper bonita y gratificante. Acomodar las escenografías y mover otras cuando nos vamos a pausa comercial en cuestión de segundos es un estrés que se disfruta. El correr un programa en vivo es una de las tareas más difíciles, pero cuando vemos el resultado es una de las más bonitas.
