Logrando el balance entre estudios y trabajos

Brineliz Fuentes Menéndez

Estudiar y trabajar a la vez. Una situación difícil en la que se encuentran muchos universitarios, entre ellos, yo. Algunos con un solo trabajo y otros con dos al mismo tiempo, como es mi caso. ¿Por qué esto ocurre? 

Desde temprana edad opté por ser un poco más independiente de lo esperado para poder satisfacer mis necesidades. Comencé vendiendo pulseras a un dólar y chocolates a mis amistades, ayudando a mis vecinos en las tareas básicas como arreglar el jardín, pintar y mucho más, siendo creativa e imaginativa, atreviéndome a innovar.

Al finalizar la escuela superior y entrar a la universidad, me encontré con la realidad que muchos jóvenes tememos: la adultez y lo que ello conlleva, como la independencia financiera, responsabilidades y toma de decisiones. Una de las más difíciles fue interrumpir mis estudios universitarios, tras un año de haber empezado, porque tenía dudas respecto al programa en el cual había sido admitida. Así que, tome la decisión de no continuar estudiando hasta que encontrara lo que realmente me apasionara. Eso precipitó mi ingreso al mundo laboral formal. Tuve dificultades por la falta de experiencia, pero mis ideas e iniciativas me abrieron las puertas en el primer trabajo a tiempo parcial.

Tiempo después, me di cuenta de que el dinero no era suficiente para una meta que tenía hace muchos años: comprarme un auto nuevo. Conseguí otro trabajo a tiempo parcial y, tras ahorrar, logré mi objetivo. Fue un proceso difícil, pero había algo que me inquietaba aún mucho más, la universidad. Quería comenzar nuevamente y tomé la decisión de cursar el bachillerato en Comunicaciones.

Una vez comencé los estudios y estando en los dos trabajos surgieron las dudas. ¿Podré con toda la responsabilidad que implican ambas cosas? ¿Vale la pena? Mis inseguridades y el pánico salieron a la luz. No podía parar de trabajar dado a que tenía cosas que pagar, pero tampoco quería quitarme de los estudios, sin ni siquiera haberlo intentado. Lloré por frustración varias noches, hasta que puse un alto. Entendí que estaba en mí seguir hacia adelante, pero tenía que hacer algo y no me podía quedar de brazos cruzados. Establecí un plan y comencé a organizarme, de modo que todas mis tareas las pudiese realizar a tiempo, siendo responsable en los dos trabajos y la universidad, siendo ambas mis prioridades. No digo que es fácil, no todos los días se puede con todo, pero soy un vivo ejemplo de que el que persevera, alcanza. Tener en mente que los obstáculos que se te presentan son experiencias para mejorar cada día, tener una mente positiva para enfrentar las cosas de una mejor manera y que está en uno mismo plantearse las metas u objetivos que desea hacer para el futuro y no dejar que los miedos te detengan; todo lo que te propongas lo vas a poder lograr. Voy a ti estudiante y profesional.

Att: Estudiante Perseverante

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