Mi regreso a la universidad

Nalany Ramos

Salí del recinto en el 2016 sin completar el bachillerato, pero en el 2023 regresé determinada a concluir los estudios. Este retorno ha provocado sentimientos mixtos, así como ha generado nuevas experiencias, ahora con una mirada más adulta, madura.

Es curioso porque durante mi primer año de universidad, el original, ya me consideraba adulta, estudiando lo que aún me apasiona, las comunicaciones; fue muy emocionante. Recuerdo el primer día como si fuera ayer. Estaba ansiosa por esa vida desconocida a la cual entraba. Mi hermano, que me lleva seis años de diferencia, creyó en mí. Él estudiaba en la misma universidad. Gracias a sus consejos pude controlar los nervios. Sentía la presión de querer salir bien, viniendo de una familia en la que tanto mi madre, mi padre y hasta mi hermano eran egresados de este recinto de Gurabo, de la Universidad Ana G. Méndez. Quería poder enorgullecerlos; demostrar que, tal como ellos pudieron, yo también podía. Mi hermano me dijo, antes de bajarme del auto en el estacionamiento de Ingeniería: “tranquila, respira, si la ventaja de estar en un lugar nuevo es que puedes conocer gente nueva y hacer amistades nuevas. Vas a ver que te va a gustar”. No se equivocó.

De esa primera vez en la Universidad, tengo en mi mente los cursos de producción con el profesor Freddie Marrero, donde pude dirigir el filminuto llamado “La lata psycho”. Inclusive, en los diversos cortometrajes realizados con mis compañeros participé como actriz, productora, entre otras funciones. La Universidad me abrió las puertas a un mundo con millones de posibilidades; estaba ahí para lograr esas metas que tanto soñé desde pequeña.

No obstante, el 9 de mayo de 2016 tuve que abandonar mis estudios pues sufrí una pérdida justo para el tiempo que los exámenes finales. No lograba conseguir enfocarme por más que tratara. Trastocó mi vida por completo. Ya no era igual, no se sentía lo mismo. Suspendí los estudios y entré al campo laboral. Durante ese tiempo exploré la empresa del café, viajé por varios estados a Estados Unidos, mejoré mi pronunciación en el idioma inglés, entre otras experiencias. Pero mi deseo de crecer profesionalmente y culminar mis estudios me regresó al aula.

Desde que regresé he vivido una experiencia enriquecedora. El primer día sentí seguridad; sabía que estaba en la dirección correcta. Mis metas no han cambiado, más bien se han multiplicado. Hoy día estoy abierta a la posibilidad de explorar campos que antes me atemorizaban. Sin duda alguna, este recinto me inspira confianza, crecimiento, sabiduría, trabajo en equipo, empatía y desarrollo profesional. Con su ayuda cumpliré mis metas: terminar el bachillerato en Comunicaciones, enfrentar los retos con valentía, lograr convertirme en una excelente profesional.

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