Una llamada sorpresiva

Glorines

Por: Glorinés Carmona González

Reviso el celular para darme cuenta que mi amigo me está llamando para decirme que mi profesora lo había detenido para indicarle que le llamara. Al instante pensé “estoy en problemas” y detenidamente me puse hacer un recuento mental de cuál mal pude haber hecho. Casi en pánico la llamo al instante y al oír su tono de voz, inmediatamente vuelvo a respirar. La profesora María Vera me cuenta sobre la actividad que se llevará cabo, brevemente su historia y que me motivó a someter una solicitud a la beca de la Cámara de Representantes Luis Vigoreaux.

Una sonrisa de esquina a esquina apareció en mi rostro, pero casi desapareció al instante cuando me mencionó todo el papeleo que tenía que conseguir antes del viernes, era miércoles. Dudosa colgué el teléfono y me di a la tarea de conseguir todos los papeles pertinentes; decir que fue sencillo y un proceso rápido, sería mentir. Igualmente, para el jueves en la tarde tenía todo tramitado y listo, a lo que viernes a primera hora sometí toda la documentación. Viernes a eso de las cinco de la tarde ya había recibido mi respuesta y fui aceptada para la beca. Decir que estaba contenta es solo poco; en mi familia, saltamos, aplaudimos y muchos besos y abrazos fueron repartidos. Mis profesores allegados me felicitaron, amigos y conocidos; todos estábamos extasiados.

Dieciséis de mayo, seis y media y el comienzo de una tarde inolvidable. Conmigo estaba toda mi tribu taína, la cacique y mi pilar, mi mamá; el responsable de todo esto, mi amigo incondicional; mi otro amigo cómplice y también homenajeado y mi fanático número uno, mi novio. No hubiera querido compartir esto con más nadie que con las personas que me apoyan incondicionalmente. Allí en el Capitolio podías sentir el ambiente de profesionalismo y la seriedad se olía a un metro de distancia. Sin embargo, todos nos hicieron sentir en un ambiente de jolgorio e importantes y nos recordaron lo valiosa que es nuestra profesión y lo orgullosos que están por esta nueva generación de comunicadores.

Siempre estaré muy agradecida con la profesora María Vera por ver más allá de nosotros como estudiantes, por estar allí apoyándonos en cada paso que demos, siempre darnos porras, ánimo y orillarnos a dar más de nosotros cada día, no tan solo como estudiantes sino como futuros comunicadores que seremos. Me recuerdo que estos son los momentos que utilizamos como catapulta a impulsarnos a obstáculos más grandes, momentos de más orgullo y solo el comienzo de una gran vida. A mis demás compañeros homenajeados solo me resta decirles, hagamos historia.

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