Memorias de la bañera

 La infancia es la etapa más importante para un ser
humano. Sus recuerdos prevalecen en añoranza con explosiones de risas, lágrimas y
ganas de vivirlas nuevamente. Así como mi gran secreto.

Por Kamila P. Bernard Rivera

Mami mantenía su mirada fija sobre mí, sus ojos enviaban un mensaje claro y firme. La hora
del baño había llegado. ¿De verdad que debía abandonar la programación de Discovery Kids
para bañarme antes de comer? Al parecer sí. Mi hora favorita en el día se ha vuelto la más
tediosa y extenuante. Pero tampoco me apetecía estar sin hacer algo… ¿se ve el dilema?
El vapor del agua caliente como de jacuzzi levitaba de la piscina casera y se impregnaba en
las losas blancas de la pared. Mis manos y pies se transformaban en ciruelas pasas albinas -
ablandadas como habichuelas tiernas. El aburrimiento me acechaba, pero la vagancia era
suficiente como para no moverme. Mi cuerpo de seis o siete años ya estaba limpio y la
necesidad de permanecer en la tina parecía nula.
Pero sentada vi un frasco largo, un envase negro con diseños en blanco y estructura de
aluminio. Sabía perfectamente lo que era, lo que no evitó que yo apretara el botón. De su
interior salió una espuma graciosa, azul, con la característica de crecer y cambiar de color.
Recuerdo que papi se la untaba en el rosto y hacía desaparecer su espesa barba… En mi caso,
aquello era un llamado a la creatividad en su máxima expresión. Aunque tal vez no debía
usarlo… aunque… la viscosidad se enjuaga con agua… ¿no?
Tras la productividad de dibujos en las paredes, balas de espuma, tatuajes instantáneos, risas
y aproximadamente una hora, salía de mi baño, vestía mi pijama y atendía el llamado de mi
estómago.

En los días siguientes la actividad se repitió de manera casi religiosa. Hasta que un día, mi
padre se quejó de lo rápido que se gastaba su espuma de afeitar. Esa fue la última vez que
disfrute de la diversión de la consistencia única y camaleónica. Hasta hoy, era un secreto
que permanecía en mi memoria. Uno que por alguna razón atesoro y causa emoción al
recordarlo.

logo-vertical-gurabo.png