Por: Erik Francisco Medina Nieves- ex alumno
Como comunicador y profesional creativo, mi trabajo siempre ha sido una búsqueda constante por amplificar voces marginadas y construir narrativas que conecten culturas, generen empatía y provoquen cambios significativos. Desde mi rol en Collective Moxie, una agencia dedicada a transformar sectores como el cine, la tecnología y la publicidad, he liderado iniciativas que no solo cuentan historias, sino que desafían estructuras existentes para crear espacios más inclusivos. Trabajar en proyectos con RIOT Games, Trilith Studios, Sony y Legendary, entre otros, me ha permitido llevar mensajes de representación y equidad a audiencias internacionales, mientras mantengo un compromiso firme con el impacto cultural.
Ese compromiso tiene raíces profundas en mi formación en Puerto Rico; durante mis años como estudiante de Comunicaciones en la entonces Universidad del Turabo, hoy día Recinto de Gurabo de la Universidad Ana G. Méndez. Allí aprendí que contar historias no es solo un acto creativo, sino también una responsabilidad social. En esos salones de clases, desarrollé habilidades fundamentales como el pensamiento crítico, la empatía narrativa, la precisión técnica y, sobre todo, la capacidad de resaltar lo humano en cada historia. Estas herramientas no solo me prepararon para un mercado internacional, sino que también reforzaron mi compromiso de trabajar desde mis raíces y para mi comunidad.
Además, la práctica constante “en la calle” me dio una ventaja única. En la Universidad no solo se adquieren conocimientos técnicos, también se fomenta un espíritu de iniciativa que forma narradores versátiles y con criterio propio. Fue en esos espacios, sin las restricciones de un patrono, donde tuve la libertad de experimentar, fallar y aprender. Correr detrás de una historia, organizar programas radiales con mis compañeros y contar historias reales me enseñaron a enfrentar cualquier situación con agilidad, empatía y creatividad, habilidades que son fundamentales en mi trabajo actual.
A los estudiantes que comienzan su camino les digo: trabajen con propósito, desarrollen sus habilidades y no teman contar sus verdades. Las historias que nacen de nuestras comunidades tienen el poder de transformar el mundo. Y a la profesora María Vera y a todos los profesores que dejaron huella en mi vida, gracias por darme el espacio para crecer y formar la base de todo lo que soy hoy.
