Por: Andrea S. Vega Reyes
¿Ser una atleta universitaria de primer año? Un gran desafío, pero más que eso, una bendición. Mi carrera en el baloncesto inició desde muy pequeña, pero al pasar del tiempo fui entendiendo el valor que tenía en mi vida y cómo a largo plazo abriría las puertas para un futuro exitoso. No fue hasta los últimos tres años que mi enfoque y mis metas cambiaron. Antes, este deporte solo lo veía como un pasatiempo y una forma de divertirme, ahora lo usaría como escalón para alcanzar una beca universitaria deportiva.
La experiencia de ser una estudiante de nuevo ingreso y atleta de la Universidad Ana G. Méndez ha sido única y al mismo tiempo un reto. Nunca olvidaré la primera vez que entré por las puertas de la cancha con mi uniforme puesto para jugar nuestro primer juego de la Liga Atlética Interuniversitaria (LAI). Los nervios eran muchos, pero más era la emoción por esa etapa que había comenzado. No mentiré, no fue fácil. Los entrenamientos fueron duros y exigentes. No había pausas, no había excusas. Entras a un nivel en el que la presión no es la misma que había en la escuela superior. Aquí todas tienen talento y si quieres tener un lugar en el equipo debes ganártelo trabajando duro.
Aún con toda la presión, mi año rookie me regaló muchas cosas bonitas. Buenas compañeras de equipo, buenas amistades y lindas experiencias en las canchas de las diferentes universidades que recordaré toda la vida.
En cuanto a la parte académica, tener el balance correcto entre los estudios y el deporte aveces es complicado y agotador, pero soy la prueba viviente de que, si lo quieres y lo luchas, lo obtienes. Realmente la he disfrutado más de lo que esperaba. Estudiar Comunicaciones superó mis expectativas, me enamoré de esta concentración.
Mi corazón está muy agradecido, primeramente, con Dios, y luego con el Departamento Atlético, por permitirme representar y vestir con orgullo los colores de la universidad. Cada estudiante atleta tiene su camino, el mío tuvo un nuevo y emocionante comienzo. El deporte universitario no solo me cambió como atleta, también cambió mi historia.
