Por: Natania Alicea Quiles
Tamara López Cruz es una mujer marcada por experiencias difíciles, pero también por la búsqueda de felicidad. En su libro 3 de mis 7 vidas comparte tres capítulos de su existencia entrelazados con el Puerto Rico de las décadas de los años 80 y 90, el duelo, la maternidad y la luchas por los derechos civiles.
Licenciada y planificadora profesional, López Cruz no pudo ejercer de inmediato ese trabajo debido al nacimiento de su hija Libertad, una niña con diversidad funcional. Esto la llevó a tomar conciencia del discrimen existente y la violación de derechos hacia esta población, convirtiéndose en una experta en educación especial y defensora de los derechos civiles. Afirma que, las personas con diversidad funcional son parte de la sociedad, merecen respeto, acceso a servicios apropiados a sus necesidades y calidad de vida.
Su carrera como escritora comenzó hace diez años con su primer libro Un monstruo llamado D.E. Este libro es una guía práctica para familias y profesionales que recoge las leyes, reglamentos y procesos de educación especial, entre muchos otros asuntos. El libro inspirado en las experiencias que pasó con su hija y experiencias que conoció de otras familias ante el Departamento de Educación busca preparar a las familias para la lucha contra un “sistema que le va a violentar los derechos a tu hijo o hija”.
Poco tiempo después de la publicación de su primer libro Tamara sufrió un accidente en la playa donde un vehículo de motor le paso por encima. Años más tarde, tras el huracán María y la perdida de Libertad, decidió escribir 3 de mis 7 vidas. Las tres “vidas” narradas corresponden a un accidente en Estados Unidos, el accidente en Puerto Rico y la partida de su hija el día del huracán María.
El primer accidente la dejó en coma y sin memoria, enfrentando la dificultad de estar en un país extranjero. “Por más que veamos series de Netflix... no somos estadounidenses, somos puertorriqueños”, recuerda. El segundo accidente la llevó al Centro Médico, donde vivió la soledad del hospital mientras su familia lidiaba con trámites burocráticos para que ella recibiera los servicios médicos necesarios. Reconoce que fue atendida con prontitud gracias a la cobertura mediática, pero también critica la falta de sensibilidad de algunos periodistas, quienes en entrevistas tocaron temas dolorosos fuera de contexto. La experiencia más transformadora fue su maternidad. Libertad la llevó a comprender la realidad de las personas con diversidad funcional y a luchar por sus derechos. Tamara insiste en que esta población, antes invisibilizada, debe ser reconocida y apoyada. “Aunque Libertad ya no está, es mi responsabilidad seguir alzando la voz, y todavía falta mucho por hacer”, afirma.
Escribir el libro fue un proceso doloroso, especialmente al recordar la muerte de su hija. “Puedo hablar de los accidentes... pero no son nada en comparación con perder a una hija”, confiesa. En medio del duelo, comprendió que la vida seguía y decidió continuar, encontrando en la escritura una herramienta para sanar. No pretende enseñar cómo superar la pérdida, sino compartir su propio camino, recordando que llorar o enojarse no son emociones negativas, sino parte del ser humano.
Su fe cristiana también fue puesta a prueba. Tras la muerte de Libertad, se sintió molesta con Dios, llegando a decirle: “yo no te perdono por quitarme a Libertad”. Con el tiempo, reconoció la misericordia divina y la posibilidad de hallar paz, aunque admite que aún reclama por la partida de su hija. Al reflexionar sobre su niñez, se aconsejaría jugar más y preocuparse menos. A sus lectores les deja un mensaje de autonomía y esperanza: “escoge entre ser o no ser: se feliz, se esa persona, pero no dependas de nadie, todo está en ti”.
Su libro, 3 de mis 7 vidas es más que un testimonio; es un llamado a la conciencia social y a la acción. Tamara López Cruz, con su voz firme y sensible, invita a valorar la vida, reconocer la diversidad y luchar por la justicia.
El libro está disponible en Amazon.
